
Bueno es esperar en silencio la salvación del SEÑOR.
Día 7: Sábado De Silencio
Sábado
Mateo 27:62-66 NTV
62 Al día siguiente, que era el día de descanso,[n]los principales sacerdotes y los fariseos fueron a ver a Pilato. 63 Le dijeron: —Señor, recordamos lo que dijo una vez ese mentiroso cuando todavía estaba con vida: “Luego de tres días resucitaré de los muertos”. 64 Por lo tanto, le pedimos que selle la tumba hasta el tercer día. Eso impedirá que sus discípulos vayan y roben su cuerpo, y luego le digan a todo el mundo que él resucitó de los muertos. Si eso sucede, estaremos peor que al principio. 65 Pilato les respondió: —Tomen guardias y aseguren la tumba lo mejor que puedan. 66 Entonces ellos sellaron la tumba y pusieron guardias para que la protegieran.
El silencio es estrepitoso. La tumba está sellada. La gente, en sus casas. Los discípulos, escondidos, temerosos, tristes. Se preguntan, cómo sucedió todo tan rápido. Tan solo unos días atrás entraban a Jerusalén al son de cánticos de hosanna, ¡bendito el que viene en el nombre del Señor! Esos cánticos quedaron en el olvido, reemplazados por uno escalofriante: ¡Sea crucificado! ¡Caiga Su sangre sobre nosotros y sobre nuestros hijos!
El silencio regresa. Todo está en quietud. El hombre que turbaba la región ya no existe. Su voz —piensan sus enemigos— ha sido silenciada de una vez y para siempre.
Al igual que los discípulos, quizás te encuentras en un lugar de silencio preguntándote si Dios está obrando… lidiando con dudas acerca de Su actividad en lo que parece ser un eco del letargo divino. Pareciera que todas las puertas se han cerrado. La tumba está sellada y ya no hay esperanza.
Eso es lo que satanás quiere que creas. Pero las cosas no siempre son como parecen. NO! Dios está obrando aun en el silencio. El silencio no es sinónimo de ausencia.
“Bueno es esperar en silencio la salvación del SEÑOR,” dice el profeta en Lamentaciones 3:26. El silencio nos recuerda quiénes somos y quién es Él. Nos recuerda la importancia de esperar, de confiar, de creer que su plan es más grande.
¡Pero qué difícil es! Es más fácil andar por vista, no por fe. Queremos escuchar la voz de Dios en un gran y poderoso viento, en un terremoto que podamos sentir, en un fuego que podamos ver. Pero no. Es allí, en el silencio, donde podemos escuchar el silbo apacible y delicado de la voz de Dios que nos recuerda que Él está en control, que hoy es Sábado, sin embargo, mañana será Domingo.
REFLEXIONA: ¿Sientes el silencio de Dios? ¿En qué áreas de tu vida sientes este silencio? ¿Qué respuesta necesitas de parte de Dios? ¿Cómo puedes empezar a vivir más por fe? ¿Qué necesitas recordar de parte de Dios para ayudarte a seguir adelante? ¿Cómo sientes que Dios está obrando en tu vida hoy aun si no has recibido la respuesta o el milagro que esperas?
Toma unos minutos para pensar sobre esto y escribe tus reflexiones en una libreta o en una aplicación de notas.